La finalidad del Tai Chi
es llegar al equilibrio en diversos aspectos de nuestra vida, incluso en los
más pequeños, que muchas veces son desapercibidos. Muestra una lucha del ser
humano, y su fenomenología existencial frente al caos y la armonía, desde una
perspectiva dual y diversa, entre las distintas dimensiones de la oscuridad y
de la luz en el ser y el espíritu de una sociedad. La finalidad no es llegar a
la perfección, esta es una enseñanza que nos enseña a ser nuestros propios
maestros. A pesar de que el taoísmo y el Tai Chi pueden caer en dogmatismos,
este particular ejercicio nos enseña una valiosa lección sobre la vida, sobre
sus perfecciones e imperfecciones que debemos apreciar y valorar mucho.
Aprender a utilizar la relajación y la tensión, en beneficio de mejorar las
condiciones de salud, de comunicación, psicológicas, etc. Es de suma importancia.
El
Tai Chi es un ejercicio que permite escuchar y conectarse con los elementos que
nos rodean, es decir nos permite ejercitar y expandir nuestros sentidos.
Permite aceptar las fuerzas que se rigen en el universo, es decir generar
equilibrio con el relajamiento y la tensión. Crea estados saludables y vitales
para la supervivencia, bienestar y felicidad en el individuo. Fomenta el
dialogismo, la paciencia y la solidaridad.
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